Tot seguit, unes paraules que Jorge Semprún va escriure en un recull d'artícles anomenat
Que peut la littérature ? El conjunt d'articles són un col·loqui sobre la utilitat de la literatura l'any 1965 ( any de publicació a França, a Buenos Aires el publicaren el 1966 ) i compta amb opinions d'escriptors reconeguts tals com Sartre, De Beauvoir, o el propi Semprún. L'article d'aquest parla de la funcionalitat de la literatura i l'autor no pot evitar citar termes com "compromís" o "realisme socialista". Reprodueixo aquí la conclusió final de l'article perquè considero molt interessant el caire profètic que prenen les seves paraules :
[ Traducció al castellà a càrrec de Floreal Maziá ]
Me parece, por lo demás, que este problema del poder de la literatura debe incluirse en una interrogación más radical : ¿ dentro de algunas decenas de años existirá todavía una literatura en nuestras sociedades que se denominan neocapitalistas ? Las encuestas sociológicas parecen demostrar la
aparición de una tendencia que conduciría al remplazo - o por lo menos desplazamiento - del libro por los medios de difusión audiovisual de los bienes de consumo ideológicos. No me atrevo a decir culturales, pues
la cultura es una actividad , no un consumo o una recepción pasiva de ideas hechas, de imágenes escogidas, por medios cada vez más controlados por el Estado. En el dominio del libro mismo, la proporción de obras que exigen un mínimo de esfuerzo , de participación activa del lector, tiende a aumentar en forma constante. Pero no existe literatura sin lectores, reales o potenciales. Y he aquí cómo, desde el primer paso, volvemos a caer en la política, pues la constitución de una civilización de lectores, en el nivel actual del desarrollo histórico, exige una transformación radical de nuestras sociedades.
Esta tendencia a la desaparición de la literatura - o por lo menos a su remplazo progresivo por subproductos - obedece, por una parte al juego espontáneo del desarrollo de las técnicas, pero es también el resultado de cierta acción concertada. La Burguesía - empleo este término para expresarme con rapidez, sin darle un sentido fijo, como si esta clase fuese monolítica, homogénea hasta el final en sus actividades históricas - , la burguesía experimenta siempre, en el fondo de sí misma , una desconfianza ciega hacía los escritores, hacía la literatura. Pero ha aprendido mucho. Ha adquirido conciencia de la capacidad de resistencia y de absorción de la sociedad que domina, que marca con su sello. Ha entendido que le es preciso tratar de neutralizar el principal poder de la literatura, que es un poder de discusión, de verdad, y ello en
todas las sociedades. De ahí su apoyo absoluto, por medio del aparato del Estado, a
esa "cultura de masas" que es la negación de la cultura : cuando mucho la organización racional de los ocios más alienantes posibles. De ahí también su nueva actitud hacia los escritores, su voluntad de integrarlos, de asimilarlos. Todos los medios son buenos para hacer que los escritores se vuelvan respetables, que participen gozosamente en los trabajos de los núcleos de poder ( por supuesto, conservando la libertad de guardarse
para sí todas sus opiniones subversivas). Todos los medios, inclusive el Premio Nobel...
En rigor, parece que la literatura ha perdido su antiguo poder de escándalo. Todas las rebeliones literarias individuales encallan en el banco de arena, pocos meses o pocos años después de la consagración oficial. La burguesía ha aprendido mucho. Pero hay una cosa, una sola cosa, que no tolera : que le arrebaten el poder : ese sería , en verdad , el único escándalo del que no se recuperaría.
Y bien, camaradas, hagamos que esté escándalo llegue pronto.
J. SEMPRÚN.